
De momento ya sabemos que el gobierno alemán piensa que tenemos que "resistir", postura que siempre es fácil desde el punto de vista del acreedor.
Personalmente, no creo que se puedan imponer medidas de austeridad más allá de determinado punto, ya que la degradación social que producen lleva al cuestionamiento de la democracia.
Es lógica la postura alemana, pero en el fondo es igual que la del acreedor de una empresa en concurso. Lo ideal sería que la empresa se apretase el cinturón hasta que pagase lo que debe, pero los sueldos no se pueden reducir más allá de determinado punto, y las compras hay que hacerlas en el mercado, con lo que en la práctica si la empresa es solvente es mejor darle financiación condicionada a un plan de ajuste supervisado por los acreedores, y si no es solvente sale mejor calcular cuanto se puede recuperar de la deuda.
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